Cada cultura tiene sus propias creencias y tradiciones, pero las relacionadas con las bodas son las que mejor resisten el paso del tiempo y se mantienen más inalterables. Más allá de las cuestiones relacionadas directamente con los aspectos puramente religiosos, cada cultura tiene sus particularidades.
En la cultura hindú no es puede hablar de un solo tipo de boda, puesto que como mínimo hay 11 tipos diferentes, cada uno de ellos con sus propias formas. De todos modos, la tradición más común en casi todas ellas es el color del traje de la novia. A diferencia del resto de lugares, en la India el color elegido mayoritariamente es el rojo porque representa la fertilidad y prosperidad para la pareja. Otra de los tradiciones más habituales consiste en tatuar a la novia con henna para marcar el comienzo de su nueva vida. Además, en la mayoría de casos, las novias esconden las iniciales de su futuro marido entre los tatuajes y este tiene que tratar de encontrar-los. De esta forma, la creencia popular dice que en función de si lo consigue o no, será él quien llevará las riendas de la relación. También hay otra creencia popular que asegura que la relación de la novia con su suegra dependerá del color de la henna.
A diferencia del resto de lugares, en la India el color elegido mayoritariamente es el rojo porque representa la fertilidad y prosperidad para la pareja.
En las bodas musulmanas tienen otro tipo de tradiciones, una de ellas es la que consiste en que la suegra le entrega a la novia una bandeja con unos clavos, pan y leche. Los clavos representen la bienvenida a la familia, mientras que el pan y la leche el alimento y la abundancia. Uno de los aspectos más característicos de las bodas musulmanas es su vistosidad. Son celebraciones cargadas de color, música y bailes. En este sentido, uno de los momentos más emotivos de la celebración es cuando las mujeres rodean la novia con velas, inciensos con danzas y cantos que componen especialmente para ella.
En las bodas afro americanas, para simbolizar la unión de la pareja y el comienzo de su vida juntos, al terminar la ceremonia religiosa, y antes de salir por la puerta, los novios tienen que saltar una escoba que se pone en el suelo. Esta tradición también representa la fertilidad y la prosperidad para los novios.
En las bodas judías, la tradición más famosa es que el novio rompa una copa de vidrio con el pie derecho. El origen de esta costumbre es la voluntad de recordar la destrucción del templo de Jerusalén, con la intención que los novios recuerden que no todo será bueno y alegre durante su vida conjunta. Antes de romper la copa, el novio ha de pronunciar la frase «que a partir de este momento lo único que es rompa, sea esta copa». Además de esto, también es habitual que, en un momento determinado, los invitados carguen a los novios sentados en una silla por encima de sus cabezas mientras estos intentan darse un beso.
En las bodas judías, la tradición más famosa es que el novio rompa una copa de vidrio con el pie derecho.