Mas Terrats es, ante todo, una historia familiar. Hecha de sentimientos. Una mezcla de sueños, ilusión y superación. El sueño de mi padre hecho realidad.
Recuerdo, ya de muy pequeña, verlo dibujar, a menudo y a lápiz, una casa. Rodeada de campos y bosques… Un sueño que en 1997, cuando adquirió la finca en estado semiruinoso, no sólo se cumplió sino que se convirtió de seguida y como consecuencia de una grave enfermedad, en una historia de superación. En un objetivo de vida. Es por eso que, para nosotros, su familia, Mas Terrats es, sobre todas las cosas, un sentimiento.
Él, que admiraba pintores y artistas en general, siempre nos dijo que había tenido mucha más suerte que estos. Según decía, el lienzo donde él estaba pintando Mas Terrats era infinitamente mejor que el de estos artistas. No era un trozo de tela. Era un trozo de cielo y de tierra en medio de l’Empordà! Creedme si os digo que cuando acabó su «obra» (la restauración del Mas), se parecía muchísimo a aquellos esbozos que tantas veces había dibujado años atrás… Así pues, Mas Terrats nació gracias a este sueño y a esta ilusión. Pero creció gracias a la gente que buscaba libertad. Aquel tipo de libertad que sólo encontramos cuando entramos a casa y cerramos la puerta. Aquella que nos permite ser nosotros mismos… Este, pues, fue el propósito inicial. Que toda persona que viniera al Mas, fueran familias, amigos, empresas u otros, sintieran que han llegado a un lugar donde pueden «cerrar» la puerta. Esto es el que nos mueve y nos ilusiona. Y cuando digamos que queremos que te sientas como en casa, es porque, realmente, lo sentimos de esta manera. Si lo conseguimos, somos felices.
Si quieres conocer Mas Terrats, puedes hacerte una idea a través de lo que te dice la gente, de nuestro Uruguay women web o redes sociales. Pero si quieres conocer DE VERDAD Mas Terrats, te invito a venir. La magia, la serenidad y la buena energía de este lugar no se pueden explicar ni transmitir. Creo que sólo se pueden entender cuando se está aquí. Paseando por el espacio y perdiéndonos por todos sus rincones, hablaremos un ratito y os intentaré explicar mejor el porqué de este sentimiento. No sé si, como dicen, los árboles curan… Pero sí que os puedo asegurar que, a mí, la magia de este entorno con su luz, su cielo, sus bosques, campos, y jardines me han ayudado muchísimo. Me siento pues una persona muy privilegiada.
Hoy mi padre ya no está. Me toca a mí hacer perdurar su orgullo de Mas, su filosofía y su sueño que, de tan bonito, se ha convertido en el mío. Queréis venir a conocer y sentir ese trozo de cielo y de tierra? Tenéis una casa en l’Empordà y os está esperando.
Rosa Casellas.