Desde el primer momento nos hiciste sentir especiales.
La primera vez que pisamos Mas Terrats descubrimos una persona optimista, alegre y sincera. Eras tú, Rosa. Llena de vida. Una persona que desprende energía y vitalidad a todo el mundo que te rodea. Desde el primer momento nos hiciste sentir especiales. Cómo si fuéramos de la familia. O, mejor dicho, como si tú formaras parte de nuestra familia. Que ahora, de hecho, ya es un poco así. Ahora, pasados los meses, no podemos pensar en Mas Terrats sin que nos vengas a la cabeza. Siempre estás dispuesta a lo que sea necesario. Con las puertas de tu casa abiertas de par en par.
Tal como nos explicaste -y nos consta que lo explicas a todo el mundo siempre que puedes- tú recogiste el testigo de tu padre para salir adelante el proyecto de reconstruir Mas Terrats. Devolverlo a la vida. Pues puedes estar contenta porque lo has conseguido. Y no sólo esto, le has dado una alma propia. Tú sola llenas de vida la masía y todo su entorno. De hecho, tú fuiste uno de los motivos por los cuales nos acabamos decidiendo para celebrar nuestra boda en Mas Terrats. Vimos que además del espacio -que no hace falta decir que es impresionante- detrás había una persona que desde el minuto cero nos contagió su energía positiva. Sabíamos que nos acompañarías y nos ayudarías en todo momento, y en aquello que necesitáramos.
«Tú fuiste uno de los motivos por los cuales nos acabamos decidiendo para celebrar nuestra boda en Mas Terrats.»
Siempre estás pendiente de todo, y de todo el mundo, pero sin hacerte notar. Sin pedir nada a cambio. Un tipo de persona que cuesta de encontrar en el día a día y que para nosotros fue como un regalo de boda previo. Rosa, muchas gracias por todo.
Carles & Cristina